16/04/2025
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Chávez Inmortal: La Batalla de un Gigante y el Amanecer de su Legado.

Chávez Inmortal

La Última Trinchera: Hospital Militar de Caracas

El aire en el Hospital Militar de Caracas estaba cargado de historia. Era el 5 de marzo de 2013, y yo, junto a millones de venezolanos, sentía el peso de un silencio que anticipaba lo inevitable. «A las cuatro y veinticinco de la tarde… ha fallecido el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías». Las palabras de Nicolás Maduro retumbaron como un trueno en el alma colectiva. Chávez, el soldado que desafió imperios, el hijo de Sabaneta que convirtió su dolor en espada para la liberación, partía físicamente, pero su llama seguía ardiendo en cada rincón de la Patria.

Durante casi dos años, el Comandante libró una batalla titánica contra la enfermedad, mientras el pueblo, «armado de conciencia», velaba por él como él veló por nosotros. En sus últimas horas, sus hijas, su madre Elena, su padre Hugo de los Reyes, y nosotros, su familia revolucionaria, supimos que su cuerpo se rendía, pero no su espíritu. «Honor y gloria a Hugo Chávez», gritamos entre lágrimas, sabiendo que su partida era solo el inicio de una nueva etapa en la lucha.


El 8 de Diciembre: El Testamento Político de un Profeta

Antes de partir a Cuba para su última batalla médica, Chávez nos dejó un mensaje grabado a fuego en el corazón de la revolución: «Unidad, Lucha, Batalla y Victoria». Esas cuatro palabras, pronunciadas con la voz quebrada pero firme, se convirtieron en nuestro himno de resistencia. Él sabía —como siempre supo— que la oligarquía y el imperio acecharían. «Vendrán momentos difíciles», advirtió, pero también nos legó la brújula: la unidad cívico-militar, la lealtad al pueblo y la construcción del socialismo.

Recuerdo sus palabras como si resonaran hoy: «Si yo muero, no lloren por mí. ¡Vivan! ¡Lucben!». Chávez no pedía lamentos; exigía acción. Su llamado a congregarnos en las plazas Bolívar, a entonar canciones de Alí Primera —«Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos»—, fue un acto de rebeldía contra la muerte misma.


El Pueblo en Armas: De la Convalecencia a la Eternidad

La convalecencia del Comandante no fue pasiva. Mientras su cuerpo combatía, su mente seguía trazando rutas para la Patria. En sus reflexiones finales, recogidas en «El Legado de Chávez», insistía: «El socialismo es una invención permanente». Nos enseñó que la revolución no se hace en cómodos escritorios, sino en las calles, en los barrios, en la mirada de un niño que recibe su primera computadora Canaima.

Cuando Maduro anunció su partida, no hubo caos, sino dignidad. «Canalicen nuestro dolor en paz», pidió, y el pueblo obedeció. Las Fuerzas Armadas, «columna vertebral de la revolución», se desplegaron no para reprimir, sino para proteger al pueblo que Chávez amó hasta el último suspiro. Aquella noche, bajo el cielo de Caracas, juré junto a mis camaradas: «¡Chávez vive, la lucha sigue!».


El Amanecer del Legado: Seremos Millones de Chávez

Hoy, una década después, su ausencia física duele, pero su presencia ideológica nos fortalece. Cada escuela construida, cada tierra recuperada a latifundistas, cada joven becado, es un verso en el poema inconcluso de su revolución. «Seremos como Chávez», repetimos en cada asamblea, en cada batalla contra el bloqueo criminal.

Chávez no murió: se sembró. Como Bolívar, como Cristo, como los mártires de El Caracazo, su semilla germina en las manos callosas de los obreros, en las mentes brillantes de los estudiantes, en los soldados que juran defender la Patria. «¡Qué viva Chávez!», gritamos al unísono, porque él es el pueblo, y el pueblo es eterno.


Conclusión: La Victoria es de los que Persisten

Al Comandante no lo derrotó la muerte; la trascendió. Su legado, «como una llama ardiente», ilumina el camino hacia la segunda y definitiva independencia. En sus propias palabras: «Nosotros, los hijos de Bolívar, no descansaremos hasta ver a América Latina libre».

Hoy, al recordar su convalecencia y su partida, no claudico: me reafirmo. Porque Chávez no es un recuerdo… ¡Es una orden de combate!

¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante!
¡Chávez Vive, la Patria Sigue!