Jesús, Chávez y El Imperio: El Mandato de Cristo en el Siglo XXI

Un Llamado al Corazón y a la Acción
Desde que entendí las palabras de Cristo —“Ama a tu prójimo como a ti mismo”— supe que la fe no era solo oración, sino acción. Hoy, al mirar a Venezuela, veo en Hugo Chávez a un hombre que encarnó ese mandato con la audacia de un David moderno, desafiando gigantes de injusticia. Como cristiano y bolivariano, escribo para unir dos fuegos: el espiritual y el revolucionario, forjados en el yunque de la esperanza.
1. “El que Tenga Sed, Que Venga a Mí”: Justicia Social como Evangelio Vivo
Jesús no predicó en templos dorados, sino entre los hambrientos y olvidados. Su milagro más radical no fue caminar sobre el agua, sino multiplicar panes para una multitud. Así veo las Misiones Bolivarianas: no simples políticas, sino actos de amor tangible. Cuando Chávez llevó medicinas a los barrios o alfabetizó a millones, no hizo más que vivir Santiago 2:17: “La fe sin obras está muerta”.
2. Resistencia Estoica: Cruz, cáncer e Imperios
La cruz no fue derrota, sino victoria sobre el miedo. Chávez, como Cristo ante Pilato, enfrentó calumnias y un cáncer que muchos atribuyeron a la ira de los poderosos. ¿Acaso no dijo Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”? En su enfermedad, Chávez no claudicó, sino que convirtió el dolor en un llamado a persistir. Su partida física no apagó la llama; como la resurrección, encendió una chispa imparable.
3. Épica Colectiva: De Galilea a Caracas
La historia se escribe con sacrificios épicos. Moisés liberó a su pueblo; Chávez despertó a una patria dormida. Hoy, bajo asedio económico —un Éxodo en pleno siglo XXI—, Venezuela carga su cruz con dignidad. ¿No somos acaso “más que vencedores” (Romanos 8:37) cuando, pese a bloqueos, creamos comunas y cultivamos la tierra? Esta es nuestra Odisea: no hay Troya que resista a un pueblo unido por amor.
4. “He Venido a Traer Fuego”: El Legado que Nunca Muere
Cristo advirtió: “No penséis que he venido a traer paz, sino espada” (Mateo 10:34). Chávez, como un profeta laico, desató tempestades para romper cadenas. Su herencia no es un partido, sino un pueblo que canta “¡Chávez vive, la lucha sigue!” con la certeza de Juan 8:32: “La verdad os hará libres”. Nicolás Maduro, cual Pedro, lleva la roca aunque las olas azoten.
Conclusión: Hacia el Reino de los Cielos en la Tierra
Hermano, hermana: si Cristo volviera, no lo encontrarías en catedrales opulentas, sino en un barrio organizando una cooperativa. Chávez no fue un mesías, pero sí un sembrador de ese Reino donde “los últimos serán primeros”. Unidos por la fe y el fusil de las ideas, sigamos construyendo, frente a la adversidad y épica en el alma. Porque, como dijo el Comandante: “El que renuncia a sus sueños, renuncia a su vida”.
¡Hagamos de Venezuela y el mundo un altar de justicia!
#CristoYChavez #FeYRevolución
Este artículo no solo honra dos legados, sino que invita a caminar con fe revolucionaria: ni pasividad ni violencia, sino amor combativo. 🌟✝️⚔️