“Veneka” reaviva la crítica vehemente a la xenofobia y la cosificación de la mujer venezolana.

Una crítica vehemente a la canción "Veneka" de Rawayana y Akapellah, que denuncia la xenofobia y cosificación de la mujer venezolana. Análisis profundo de cómo perpetúa estereotipos despectivos, destacando la necesidad de una representación más respetuosa y completa.

Una crítica vehemente a la canción "Veneka" de Rawayana y Akapellah, que denuncia la xenofobia y cosificación de la mujer venezolana. Análisis profundo de cómo perpetúa estereotipos despectivos, destacando la necesidad de una representación más respetuosa y completa.


Desde la perspectiva de un observador crítico, la canción “Veneka” de Rawayana y Akapellah no solo es una pieza musical, sino un reflejo de las actitudes despectivas y xenófobas que aún persisten en nuestra sociedad. El término “veneco”, que surgió en la década de 1970 en Colombia, ha evolucionado para convertirse en un insulto cargado de desprecio y rechazo hacia los venezolanos, especialmente en el contexto de la crisis migratoria reciente.

La letra de “Veneka” intenta, según sus autores, reivindicar y celebrar a las mujeres venezolanas. Sin embargo, en su intento de darle un giro positivo a una palabra despectiva, la canción falla estrepitosamente. En lugar de elevar la imagen de la mujer venezolana, perpetúa estereotipos y reduce a las mujeres a meros objetos de deseo y belleza física. Esta cosificación es inaceptable y refleja una falta de comprensión profunda de lo que significa realmente empoderar y respetar a las mujeres.

La crítica del presidente Nicolás Maduro y de figuras como Alberto Barradas y Pedro Carvajalino no es infundada. La canción, lejos de ser una celebración de la identidad venezolana, se convierte en un vehículo para la perpetuación de estereotipos dañinos. La defensa de los artistas, argumentando que la letra celebra la fuerza y autenticidad de las mujeres venezolanas, se queda corta ante el análisis semiótico y semántico de su contenido.

Es imperativo que como sociedad rechacemos cualquier forma de xenofobia y cosificación. La dignidad de las mujeres venezolanas no puede ser negociada ni trivializada en una canción que, bajo la apariencia de un homenaje, las reduce a su apariencia física y roles tradicionales. La verdadera reivindicación pasa por reconocer y respetar su humanidad, su diversidad y su capacidad para contribuir de manera significativa en todos los ámbitos de la vida.

La controversia generada por “Veneka” es un recordatorio de que las palabras y las imágenes tienen poder. Debemos ser conscientes de cómo nuestras expresiones artísticas pueden influir en la percepción de las personas y trabajar hacia una representación más completa y respetuosa. La lucha contra la xenofobia y la cosificación es una batalla constante que requiere de nuestra atención y acción decidida.

En conclusión, “Veneka” no es solo una canción; es un espejo que refleja las actitudes que debemos cambiar. Es un llamado a la reflexión y a la acción para construir una sociedad más justa y respetuosa, donde cada individuo, sin importar su origen o género, sea valorado por su humanidad y no por estereotipos reduccionistas. La verdadera transformación comienza cuando reconocemos y enfrentamos nuestras propias fallas y trabajamos juntos para superarlas.